Hoy en día está totalmente demostrado que el sistema inmune está realmente regulado por nuestros pensamientos, por el manejo de nuestras emociones, por nuestras creencias, vivencias y experiencias siendo el Dr George Salomon, médico psiquiatra, profesor emérito de la Universidad de California el padre de la psiconeuroinmunología.

Científicamente se puede afirmar que el sistema nervioso central (nuestra mente): el sistema endocrino, que produce las hormonas y el sistema inmunológico, que es nuestro sistema de defensa, comparten un lenguaje bioquímico común, estando en permanente comunicación entre sí, no ocurre nada en un sistema que no afecte a los otros dos.

Esta comunicación se produce a través de unas moléculas llamadas hormonas, según los endocrinos, neurotransmisores según los neurólogos y citoquinas para los inmunólogos. Al ser el organismo una red de transmisión de información, significa que si el sistema inmunológico que es el que nos protege como sistema de defensa está íntimamente en comunicación con con la mente, todo lo que suceda en la mente afectará directamente a la capacidad de defendernos de todo tipo de microorganismos y células tumorales, dando una nueva dimensión al sistema inmunológico..

Eso quiere decir que la forma como llevamos a cabo la vida, nuestro grado de felicidad con el trabajo, con la familia, con el medio ambiente, con el país, con la sociedad, con nuestra espiritualidad, todo eso tiene una influencia enorme sobre un sistema que es el que nos mantiene sanos.

Del mismo modo cuando tenemos un pensamiento, una creencia, un factor de estrés permanente, una emoción, se activa lo que llamamos el eje HPA: H de hipotálamo, P de pituitaria y A de adrenal (las glándulas adrenales). Al activarse éste, se producen unas moléculas que se llaman glucocorticoides, entre ellas el cortisol, una hormona del estrés. Todos los estudios que se han realizado in vivo e in vitro demuestran que el cortisol es un fuerte supresor de la respuesta inmune. Esto es por la vía neuroendocrina. Por la vía eléctrica, que también existe, se producen catecolaminas, se produce adrenalina. Este es el estrés en que vivimos: sales de tu casa, no sabes si regresas; es el estrés de los grandes ejecutivos. Esta adrenalina que se produce permanentemente también es un fuerte supresor de la respuesta inmune. Es decir que, ya sea por la vía neuroendocrina o por la vía eléctrica, produces moléculas en tus glándulas suprarrenales que te suprimen la respuesta inmune.

Cada día hay mayor número de personas que sienten que el estrés les está afectando sus vidas en términos de perder el sueño, cambios en la alimentación, irritabilidad, pérdida del sentido de la vida, falta de motivación etc.

Es nuestra responsabilidad decidir de que manera queremos vivir la vida, y nuestro deber y obligación hacerlo de la mejor manera posible y eso, solamente se puede dar, desde el deseo de querer vivir una vida sana y completa con una implicación total de la gestión de nuestra emociones, aprendamos a ello, entrenemos nuestra mente y solo así lo conseguiremos.