La mayoría de nosotros todavía no ha adquirido suficiente dominio del ego como para que sea la mente superior la que dirija todas nuestras acciones. Nuestro inconsciente suele ser más rápido que nuestra voluntad consciente. La reactivación de las memorias es tan rápida e inconsciente que nos encontramos en la resistencia emocional o en el bloqueo mental, de un modo u otro en función de las estructuras, sin haber tenido tiempo de pensar en ello. Si uno es medianamente consciente de sí mismo y está acostumbrado a confesarse siempre la verdad, se da perfecta cuenta de que está atrapado en un mecanismo. reconoce de inmediato las señales, que son, según los casos: tensión interna, desequilibrio energético (pérdida de energía o exceso de ella), estrés, desazón, ansiedad, etc…,y, de forma general, una pérdida de bienestar y de la alegría de vivir, además de una inestabilidad psicológica que entrañan muchas dificultades en todos los aspectos de la vida. Cuando las cosas «no funcionan» en nuestra vida cotidiana por una razón u otra, es que hemos utilizado la mente inferior como instrumento de percepción de la realidad. Cuando esto sucede necesitamos recobrar el control y para ello es necesario que desplacemos nuestra consciencia y la llevemos a la mente superior, quiere decir «desprendernos de las ataduras de los viejos mecanismos y cambiar nuestra percepción de la realidad».
Tratar de combatir directamente nuestras emociones sin cambiar de contexto, es entrar en un callejón sin salida, en tanto en cuanto somos capaces de ampliar nuestro filtro mental, se sueltan las ataduras de modo natural y espontáneo. Reconocer la necesidad de hacer ese trabajo es solo un primer paso y aunque no habremos solucionado el problema, al menos sabremos de donde procede.
El primer paso es RECONOCER EL HECHO DE QUE ALGO SE HA REACTIVADO EN NOSOTROS y, adoptando la posición de testigo, observarse, sin culpabilizarse; el segundo paso sería TOMAR CONSCIENCIA DE LOS COMPORTAMIENTOS AUTOMÁTICOS, que normalmente consisten, en un desfile de toda clase de juicios, proyectados hacia uno mismo ( soy incapaz, incorrecto) hacia los demás (la gente es mala, egoísta) se juzga la vida en general (la vida es dura, injusta, no tiene sentido)y todos esos pensamientos vinculados a nuestra estructuras; y cómo tercer paso CAMBIAR NUESTRA MANERA DE PERCIBIR LAS COSAS, mediante un acto consciente (utilizando la inteligencia…) mirar si uno puede dejar de estar atado a sus expectativas, intentando percibir la situación de otra forma, por ejemplo plantearse preguntas cómo:*En esta situación, ¿cuales son mis expectativas?, *¿cuales son mis exigencias respecto a los demás?, *¿a qué estoy resistiendo?,*¿que le exijo a la vida que no me está dando?.
Esa actitud de buena voluntad y de apertura, para conseguir no estar atado a la propia manera de ver las cosas, tiene ya, en sí misma. un poder beneficioso.
Intuitivamente ya lo hacemos, cuando las cosas no van bien, se dice uno a sí mismo: «Tengo que cambiar las ideas». Conocer nuestras estructuras, en concreto, nos ayuda a ser más conscientes de lo sesgada que es nuestra percepción de la realidad, y entonces, en lugar de intentar forzar las cosas, en lugar de exigir a los demás que cambien de conducta y satisfagan nuestras exigencias, en lugar de culpabilizarlos si no las satisfacen, lo que hacemos es asumir la responsabilidad de nuestras reacciones. Utilizamos la inteligencia, el conocimiento y la comprensión que tenemos de nosotros mismos para intentar percibir la realidad desde un punto de vista más amplio y encontrar así nuestra LIBERTAD.